En el puerto de Mariupol, en el sur de Ucrania, los residentes han recurrido ahora a derretir nieve y cocinar en fogatas al aire libre.
La ciudad, que ha estado bajo un feroz bombardeo durante más de una semana, es una completa ruina.
Sin agua, sin comida y, a veces, sin comunicación. Las vías del tren han sido dañadas y no hay forma de que la gente pueda escapar. Todos los intentos de evacuación en los últimos días han fracasado debido a los bombardeos.
La residente local Oksana de alguna manera logró llamar a su hija Tetiana, que no está en la ciudad.
«Nos bombardean constantemente. No hay electricidad ni gas, pero estamos tratando de ayudar a los niños y los ancianos. Compartimos todo lo que tenemos: agua y cereales», dice Oksana.
Está indignada porque nadie en la ciudad está luchando contra los saqueadores y no hay provisión de ayuda organizada.