Al igual que ocurrió hace en 1985 y 2017, un fuerte sismo sacudió México este 19 de septiembre, causando la muerte en esta ocasión de al menos una persona.
La magnitud del terremoto de este lunes fue de 7,7, según informó el Servicio Sismológico Nacional mexicano. El epicentro estuvo localizado 59 kilómetros al sur de Coalcomán, en el estado de Michoacán, y a 10 km de profundidad.
El sismo se sintió con fuerza en Ciudad de México y en al menos otras 11 entidades del centro-oeste del país.
El presidente, Andrés Manuel López Obrador, reportó un fallecido en el municipio de Manzanillo, en el estado de Colima, tras la caída de una barda de una tienda.
Tras el sismo, el centro de monitoreo de tsunamis de Estados Unidos alertó de un posible tsunami en las costas del Pacífico de México, aunque luego la alerta fue desactivada.
La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) informó sobre un «levantamiento en el nivel del mar» registrado en Manzanillo con una amplitud máxima registrada de 124 centímetros.
Sin embargo, Protección Civil del estado de Colima descartó la alerta de tsunami para las costas de la entidad «aunque se esperan variaciones en el oleaje», publicó en su cuenta de Twitter, a la vez que pidió evitar acercarse a las playas.
El sismo de este lunes se registró precisamente en el aniversario de los dos grandes terremotos que golpearon el país con fuerza en 1985 y 2017, dejando cientos de muertos.
Familiares de las 26 víctimas (entre ellos, 19 niños) que murieron en el colegio Rébsamen de la capital mexicana hace cinco años, de hecho, se encontraban guardando un minuto de silencio por la tragedia cuando fueron sorprendidos por este nuevo temblor.
También en el marco de este aniversario, y menos de una hora antes del temblor de este lunes, México realizó el simulacro nacional de sismos para que la población estuviera preparada.
A la espera de réplicas
Pasadas tres horas desde que tuvo lugar el sismo a las 13.05h (hora local de Ciudad de México), el Servicio Sismológico mexicano había registrado 217 réplicas del temblor.
La mayor tuvo una magnitud de 5,3 con epicentro al sur de Tecomán en Colima, estado vecino a Michoacán. Ambas entidades registraron daños en edificios e infraestructuras.
En Manzanillo, Colima, se desplomó el techo de un gimnasio en un centro comercial, hubo desprendimientos de tierra en la carretera hacia la capital del estado y se reportaron grietas en la presa de almacenamiento Las Trojes.
En Aquila, Michoacán, el hospital de Maruata vio caer parte de su pared tras sufrir graves fracturas.
En Ciudad de México, los vecinos que salieron a las calles tras escuchar la alerta sísmica vieron asustados cómo el sismo movía semáforos, lámparas de negocios y señales de tráfico.
La jefa de gobierno de la capital, Claudia Sheinbaum, reportó sin embargo un «saldo blanco» y señaló que no hay afectaciones graves en la ciudad.
«Vamos comenzar a recopilar información. Deseamos de todo corazón que no haya pasado nada grave», tuiteó el presidente López Obrador antes de darse a conocer la muerte de un hombre en Manzanillo.
La Comisión Federal de Electricidad (CFE) señaló que 1,2 millones de usuarios del país sufrieron cortes en el servicio de la luz. Cinco horas después del sismo, el organismo anunció que ya había restablecido el suministro del 95% de personas afectadas.
México tembló otro 19 de septiembre
Habían pasado unos pocos minutos desde que acabó el simulacro nacional programado para las 12.19h de este 19 de septiembre, cuando la alerta sísmica volvió a sonar en Ciudad de México y otros lugares del país.
La incredulidad y confusión eran las notas predominantes. «¿Pero es de verdad? ¿O es una repetición», se preguntaban muchos. La colonia Roma de la capital, una de las zonas donde más se perciben los sismos, sintió con fuerza el movimiento.
Las primeras impresiones de la población eran que el sismo fue largo, más incluso que los grandes terremotos anteriores, decían.
Minutos después, y con el tráfico detenido, los mexicanos continuaban afuera de sus casas y oficinas a la espera de posibles réplicas mientras que la conversación volvía a ser la misma de cada septiembre, entre expresiones aún de susto y resignación.
«Es que siempre pasa lo mismo este mes, dan ganas de tomarse vacaciones en septiembre y salir de la ciudad», dijo un vecino cerca de la colonia Condesa mientras recordaba los grandes sismos que sacudieron México los 19 de septiembre de 1985 y 2017.