En Honduras, un contraste alarmante se manifiesta en estos momentos críticos: mientras los políticos en el Distrito Central se dedican a celebrar y a llevar a cabo sus agendas personales, el pueblo hondureño en el Valle de Sula está siendo afectado por inundaciones devastadoras. Esta desigualdad en la atención y el enfoque es una llamada de atención para la ciudadanía, ya que refleja la falta de compromiso de algunos líderes políticos con las necesidades reales de su país.
En el Valle de Sula, la población está enfrentando inundaciones que amenazan sus hogares, sus bienes y, en algunos casos, sus vidas. Lo que hace que esta situación sea aún más frustrante es que, durante casi dos años, las autoridades no han tomado medidas adecuadas para abordar y reparar las fallas en la infraestructura que contribuyen a estas inundaciones. La negligencia en el mantenimiento de los sistemas de drenaje y la infraestructura de protección contra inundaciones ha llevado a una situación donde el Valle de Sula se encuentra vulnerable a las crecidas de ríos y las fuertes lluvias.
La falta de acción por parte de las autoridades es inaceptable y debe ser un llamado a la reflexión para todos los hondureños. La seguridad y el bienestar de la población deberían ser la principal prioridad de cualquier gobierno, y es evidente que en este caso, esa prioridad ha sido pasada por alto en favor de intereses políticos y personales.
La situación en el Valle de Sula es solo un ejemplo de un problema más amplio en la política hondureña. La falta de responsabilidad, transparencia y compromiso con el servicio público se ha convertido en una norma en lugar de una excepción. Los ciudadanos deben reflexionar sobre a quiénes eligen para representarlos en las próximas elecciones. La gestión de crisis como las inundaciones en el Valle de Sula debería ser una responsabilidad fundamental de los líderes políticos, y es evidente que algunos no están a la altura de esta responsabilidad.
Es esencial que la ciudadanía exija a sus líderes políticos que rindan cuentas y que trabajen en beneficio del pueblo hondureño. El bienestar de la población no debe depender de la ubicación geográfica o de la indiferencia de los políticos en el poder. La próxima elección es una oportunidad para elegir a líderes comprometidos con la seguridad y el desarrollo de todas las regiones de Honduras, no solo del Distrito Central. La acción ciudadana y la participación activa en el proceso electoral son herramientas poderosas para lograr un cambio significativo y positivo en la política de Honduras. La situación en el Valle de Sula debería ser un recordatorio de la importancia de elegir líderes que prioricen a su gente sobre sus propios intereses personales y políticos.