La crisis política en Honduras ha alcanzado un punto crítico, y las tensiones entre el Partido Nacional y el Partido Libertad y Refundación (Libre) amenazan con socavar la democracia en el país. El jefe de la bancada del Partido Nacional, Tomás Zambrano, ha hecho un llamado enérgico para que la Organización de Naciones Unidas (ONU) y la Organización de Estados Americanos (OEA) intervengan y medien en la situación actual, debido a las preocupaciones de que el actual gobierno esté impulsando un camino hacia la dictadura.
Zambrano ha expresado su preocupación de que Libre esté «socavando la democracia» en Honduras, y ha alegado que el partido en el poder busca mantenerse en el poder a toda costa, incluso si eso implica debilitar las instituciones democráticas y restringir las libertades políticas y civiles. El diputado ha sostenido que Libre no tiene la «altura moral» para convocar un diálogo y, por lo tanto, solicita la mediación de la ONU o la OEA como intermediarios imparciales para abordar la crisis política en el país.
El llamado a la mediación internacional surge en un contexto en el que la Comisión Permanente ha sido criticada por ser «ilegal» y por tomar decisiones que, según Zambrano, deberían ser competencia del Congreso Nacional en su totalidad. Además, se ha alertado sobre la posibilidad de que personas afines al Gobierno actual sean nombradas en posiciones clave, lo que ha generado temores adicionales de una posible deriva autoritaria.
Se espera que el Gobierno acepte la mediación de organismos internacionales como la ONU y la OEA, aunque la oposición insiste en su compromiso de defender las libertades y la democracia en Honduras. La situación en el país sigue siendo fluida y su evolución determinará en gran medida el futuro de la democracia hondureña.
La comunidad internacional está observando de cerca los acontecimientos en Honduras, y la mediación propuesta se presenta como una posible vía para buscar una solución pacífica y democrática a la crisis política en el país. La lucha por la preservación de las instituciones democráticas y el respeto a las libertades individuales sigue siendo un tema crucial en el escenario político hondureño.