Aunque se había anunciado que durante el último Consejo de Ministros se oficializarían destituciones, la presidenta Xiomara Castro decidió posponer la revelación de los cambios en su gabinete de funcionarios para una posterior cadena nacional, generando opiniones encontradas respecto a la efectividad de estas modificaciones.
El Consejo de Ministros Ampliado, celebrado en San Pedro Sula, Honduras, ha sido tildado como un distractor ante los desafíos fundamentales que enfrenta el país, según el analista Raúl Pineda. Este experto considera que la alteración en las secretarías de Estado no resolverá las problemáticas económicas, políticas y sociales, sino que más bien sirve como un elemento distractor para evitar abordar temas críticos, como las reformas electorales.
«Es una pérdida de tiempo pensar que los cambios en las secretarías de Estado generarán diferencias en la realidad del país; más bien parece ser un elemento distractor para no abordar temas como las reformas electorales», afirmó Pineda.
La sociedad civil ha instado a las autoridades a publicar las evaluaciones de desempeño de los secretarios salientes, mientras algunos ministros han optado por mantenerse en silencio frente a estos cambios.
Pineda cuestionó la capacidad de los cambios ministeriales para abordar los problemas estructurales del país, sugiriendo que los secretarios de Estado son meros colaboradores del presidente o, en sus palabras, «muñecos de ventrílocuo que aparentemente solo proyectan la voz de quienes los manejan».
Por otro lado, Augusto Aguilar, exmagistrado del extinto Tribunal Superior Electoral (TSE), expresó que los cambios son necesarios, señalando que algunos funcionarios no han cumplido con las expectativas de la presidenta. Aguilar argumentó que este ajuste es común en todos los gobiernos, siendo una prerrogativa del titular del Ejecutivo realizar modificaciones según considere conveniente.
En medio de estas controversias, persisten problemas como los aumentos en la tarifa de energía, estadísticas de desempleo cuestionables, y la preocupación por el costo de la canasta básica. Estos asuntos generan dudas sobre la efectividad del actual gobierno de Honduras, alimentando críticas que sugieren que, en lugar de abordar los problemas de fondo, se busca distraer a la población con cambios en el Gabinete.