En este municipio localizado al norte de Santa Bárbara y que colinda con Omoa y San Pedro Sula, más de 30,000 habitantes radicados en la zona alta de El Merendón están a merced de los incendios forestales. En todo el municipio sufren por la falta de agua. La municipalidad de Quimistán, Santa Bárbara, localizada en el occidente de Honduras, declaró estado de emergencia o calamidad pública debido a la alta incidencia de incendios forestales y la contaminación ambiental que ha excedido su capacidad de respuesta.
Mediante un comunicado, informan que 14 de las 15 microcuencas que abastecen de agua al municipio se han visto afectadas. Además, han sido arrasadas 114.6 hectáreas de bosque de las 38,816.48 hectáreas que registran en el municipio, lo que equivale al 53.04% de su territorio, reduciendo aproximadamente el 50% de captación de recurso hídrico que abastece a Pinalejo y a Quimistán.
También se ha producido una pérdida considerable del patrimonio histórico de represas como las Cataratas de El Jícaro, así como una enorme pérdida de flora y fauna. Por esta razón, hacen un llamado a la conciencia de la población para que se sumen a las tareas de prevención y combate de incendios. Además, iniciarán la judicialización de casos y la imposición de multas establecidas en la ley y la ordenanza aprobada en el acta 10-2023 en la sesión de corporación de fecha 18 de abril de 2023, dado que muchos incendios son provocados por quemas agrícolas, de personas que se preparan para la temporada de siembra.
También solicitan apoyo a las autoridades del Instituto de Conservación Forestal (ICF), Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente (Serna), Copeco, FHIS, Sanaa, ERSAPS y demás autoridades civiles y militares, organizaciones gubernamentales y no gubernamentales y cooperantes, para atender la situación durante y después de la emergencia, tanto para atender como para reparar el daño ambiental y a las fuentes y proyectos de agua dañados durante la situación de emergencia que vive el municipio.
En ese contexto y por el daño causado, además piden a la Dirección Policial de Investigaciones (DPI), Ministerio Público y operadores de justicia que se actúe enérgicamente contra los delitos ambientales.
“Hacemos un llamado al Congreso Nacional para la revisión de la legislación en la vinculación que debe existir entre las comunidades y las autoridades que otorgan permisos de aprovechamiento del bosque y demás recursos hídricos del municipio. Que la deforestación y descombros también sean incorporados al mismo nivel de incendios forestales como daños al medio ambiente”, reza la comunicación.
En el considerando 10, instan al Instituto de Conservación Forestal (ICF) a agilizar los procesos de declaratoria de zonas protegidas de este municipio y establecer una línea de denuncia anónima para la presentación de denuncias de pirómanos y dueños de propiedades que incumplieron la ordenanza. Por último, hacen un llamado a la Secretaría de Educación para que se flexibilicen los horarios de clases en zonas afectadas por incendios, para asegurar la salud de los educandos por la alta exposición al calor y temperaturas extremas durante la emergencia. Además, se les hace un llamado a orientar el Trabajo Educativo Social al trabajo de protección ambiental.
En este sentido, el alcalde municipal quimisteco, Rubén Darío Pacheco, confirmó que cerca de 30 mil de los 68 mil habitantes que viven en la zona montañosa al norte del municipio están expuestos a los incendios forestales, que en su mayoría se lograron aplacar con las pocas lluvias que han caído en la parte alta.
“La cantidad de incendios se ha detenido un poco, pero tenemos varias comunidades con afectaciones en sus sistemas de agua potable, porque se quemaron las líneas de conducción (tuberías) desde las obras de toma hasta los tanques. Tenemos tres comunidades en el Valle de Naco con una situación crítica, y traemos el agua desde Trinidad, Montegrande, El Tablón y Agua Sucia, son las tres comunidades del valle de Naco”, precisó.
La parte más impactada por la quema de las tuberías es la que se localiza justamente en el valle de Naco. “El parque industrial Green Valley nos va a proveer agua y conseguimos unas pipas con el Batallón Ambiental para poder llevarles agua a estas comunidades que tienen varios días sin servicio. Va a ser difícil restablecerlo desde Trinidad. Vamos a tener que perforar pozos, a ver de qué manera solventamos la necesidad en Naco”, añadió.
Detalló que por la quema de las tuberías a causa de los incendios y porque se secó la fuente debido a la falta de lluvias, el impacto es enorme. “La fuente allá en la zona de Trinidad se secó. Obviamente vuelve a tener agua cuando la lluvia viene, pero es una situación bien complicada que va a ser recurrente año tras año. Aparte de eso, tuberías quemadas en la línea de conducción. Invertimos el año pasado más de medio millón de lempiras en cambiar tuberías a hierro galvanizado, pero las que no se cambian se queman”.
Aunque no tiene estimaciones de pérdidas oficiales, calcula que las afectaciones a cultivos y a propiedades ya podrían pasar los 20 millones de lempiras, e incluso más, por la tubería dañada y el impacto a la salud de la población. Solo la del valle de Naco que se quemó puede costar alrededor de 16 millones de lempiras, agregó.
Por el combate del fuego, varios bomberos y personal de las cuadrillas han resultado con lesiones. Entre los pobladores también es habitual que se den afecciones respiratorias, entre ellas, sangrados repentinos. También muchas viviendas, en su mayoría de madera, han estado a merced del fuego, poniendo a la población en una crítica situación de vulnerabilidad.
En aproximadamente 30 centros educativos se registraron alumnos y maestros con problemas respiratorios: gripe, tos, dolor de cabeza, dolor de pecho, irritación de ojos, dolor de garganta, agotamiento, sangrado nasal, vómitos y desmayos.
En el vecino municipio de Omoa, al norte de Quimistán, el fuego forestal también avanza a toda velocidad. En la parte alta de la comunidad de Cuyamelito, el fin de semana arreciaba un enorme incendio forestal que tenía cubierta de humo la zona montañosa, el valle de Cuyamel y toda la bahía de Omoa.
Es importante reconocer la valentía y dedicación de aquellos que combaten estos incendios forestales. Estos héroes trabajan incansablemente para proteger a sus comunidades y el medio ambiente, enfrentando condiciones extremas y arriesgando sus vidas. Son un ejemplo de orgullo y compromiso en la lucha contra estos desastres.