Los efectos de los devastadores incendios en el vecino Canadá llevan a las autoridades a repartir un millón de mascarillas gratis mientras se cancelan vuelos, actividades al aire libre y competiciones deportivas.
Las imágenes de los rascacielos más famosos del mundo bajo una niebla naranja han dado la vuelta al mundo.
Pero para aquellos que viven y trabajan en la ciudad de Nueva York, fue un espectáculo sombrío y preocupante que presenciaron personalmente.
«El cielo tomó un tono amarillo que no se veía natural, y luego se oscureció», le comentó al medio de noticia el supervisor de edificios Anthony Galasso, quien trabaja en el Bronx.
Según los neoyorquinos, quienes acostumbran a mirar hacia arriba son los turistas. Pero el miércoles en la tarde, hasta los locales levantaban la cabeza para echar un vistazo.
Y para muchos fue la oportunidad de registrar una de las ciudades más fotografiadas de una manera distinta.
«Olía como si alguien estuviera cocinando con una barbacoa», le dijo Nicha Suaittiyanon, una turista tailandesa de 30 años, a la agencia AFP.
A medida que los bomberos canadienses intentan controlar los 400 incendios forestales alrededor del país, el humo se ha extendido por toda la parte este de Norteamérica.
En Nueva York, las autoridades han advertido de posibles riesgos a la salud por la calidad del aire.
De la misma forma, la baja visibilidad ha hecho que cientos de vuelos fuesen retrasados en la mañana de este jueves en EE.UU.
Son unos 100 millones de personas en América del Norte las que están en riesgo por los posibles efectos de la nube de humo.
Los expertos apuntan que una primavera más cálida y seca de lo normal explica los incendios en Canadá. Se prevé que estas condiciones se mantengan durante todo el verano.