Los estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) volvieron a las calles este mes, exigiendo al gobierno que aumente el presupuesto destinado a la educación pública. La falta de infraestructura adecuada, aulas en mal estado, escasez de material didáctico y laboratorios obsoletos han sido temas recurrentes en las protestas estudiantiles de los últimos años, y esta vez no es diferente.
Las manifestaciones, que comenzaron en Tegucigalpa, se extendieron rápidamente a otras ciudades como San Pedro Sula y Comayagua, con miles de estudiantes exigiendo una reforma estructural en la educación superior. Según los estudiantes, el presupuesto destinado a la UNAH ha disminuido en los últimos años, afectando gravemente la calidad de la enseñanza y los servicios que se ofrecen a los alumnos.
Los manifestantes también reclaman la mejora en las condiciones laborales de los docentes y personal administrativo, que, según afirman, están mal remunerados y carecen de los recursos necesarios para desempeñar su trabajo de manera eficiente. A esto se suma la preocupación por la deserción estudiantil, que ha aumentado debido a la crisis económica que afecta al país, impidiendo que muchos jóvenes puedan continuar con sus estudios.
Las autoridades universitarias han expresado su apoyo a las demandas de los estudiantes, pero señalan que las soluciones dependen de decisiones gubernamentales. Los estudiantes, por su parte, prometen no detener las protestas hasta que se vea un cambio tangible en el presupuesto de la educación pública y en las condiciones de la UNAH.